10 "NOCHE SIN LUNA NI ESTRELLAS"
Me agarré a los barrotes y vi un largo pasillo. Se ve que ya era de noche, porque, por las pocas ventanas que había, no salía ni un poquito de luz. Es decir, eso significaba que esa noche no había luna ni estrellas. Lo único que iluminaba el pasillo eran unas antorchas de... ¿fuego verde?
Esta aventura era de lo más extraña.
Vi a un guardia al final del pasillo, me extrañó porque dentro del castillo, en las supuestas "mazmorras", que estuviese montado en un caballo no era muy normal, pero en fin, ahí todo es posible.
Empecé a gritarle:
-¡¡¡Perdone!!!- me miró en la oscuridad con sus ojos brillantes, empecé a hablar un poco más bajo porque me intimidó al mirarme con ellos.- Perdone, ¿me podría decir donde estoy?-
Se acercó. Me eché hacia atrás al ver que no era un guardia sobre un caballo, si no que era un centauro y me dijo:
-NO-HABLO-CON-PRESOS.- Tenia la voz muy grave y su pinta no era de buenos amigos.
-Pero... por favor...
-Mira intruso. Estas en las mazmorras en el reino del bosque.
Se fue suspirando y murmurando: 《No se ni por qué se lo digo si ya lo tendría que saber, ¿no ves que es un intruso?》
En mi celda no había ni una cama, ni un baño, no había ni un mísero vaso de agua. Pero, en cambio en las demás si. Se ve que me habían cogido manía o algo...
Así que me tumbé en el frío suelo intentando dormirme mientras tiritaba de una forma exagerada, llevaba la ropa de verano, pero al parecer allí, en el lugar donde quiera que estaba, hacia mucho, pero mucho frío.
Sin querer, se me escapó una lágrima, quería encontrar a Jenny, volver a casa, que todo se volviese normal, y así, destruir por una vez ese reloj que lo empezó todo.
Que, por cierto, ¡lo tenía Jenny!
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