jueves, 8 de junio de 2017

"UN VIAJE A LOS PORTALES DEL FIN DEL MUNDO" (12)

12"EL DEMONIO "

La persona que estaba hablando con el "demonio" (así lo llamo yo).
Le dijo《Pues... verá... señor... todavía no...》hablaba con mucha timidez y asustado.
Se notaba como el "demonio" estaba furioso. Entonces me di cuenta de que todo empezaba a temblar, fuerte, pero muy fuerte.
Fue ese momento en el que me di cuenta de que el que yo decía que era un "demonio" si que era un demonio (ya sin comillas).


El temblor hizo que me cayera hacia delante de rodillas. Como no me podía apoyar con las manos y parar la caída, me hice daño en la rodilla derecha, haciendo aun más costoso el poder levantarme.


El temblor se había calmado pero seguía. Me quedé en silencio. Y se me fue un gran susto cuando un gran palo de metal, en concreto una tubería, cayó delante de mí. Me paré mirando la tubería y se me ocurrió una idea. Me agaché y la cogí como pude. La pasé por detrás mía y con aquel palo de metal oxidado le di al brazalete de la mano contraria consiguiendo (con varios intentos) romperlo. Y viceversa.


No me atrevía a enfrentarme a un demonio saliendo por la puerta de esa habitación. Así que salí intentando encontrar alguna otra salida.
No se veía ninguna puerta así que (como en las típicas películas de misterio) empecé a buscar algún pasadizo secreto.
Me pegue a la pared con tanta fuerza (por las ansias) que casi me rompo la nariz, puse la mano en la pared. Sinceramente, fue la hora más larga de mi vida, (si, duré una hora en encontrar una salida ). Encontré la salida gracias a mi caída anterior y a mi rodilla dolorida.
Cuando ya estaba a punto de rendirme la pierna me falló y caí hacia la derecha llevándome todo el tapizado por delante...
Al caerse este, se descubrió en la pared un gran agujero por el que pude salir.
Con dificultad por el miedo de que el demonio, sin nombre, entrase, me adentre en el agujero de la pared, estaba oscuro y sucio, con una barbaridad de telarañas y bichos que me hacían cerrar los ojos y contener la respiración por un rato.
Iba gateando con la cabeza y los ojos mirando hacia el suelo por si tocaba con las manos o las rodillas algún bicho espeluznante.
De vez en cuando miraba hacia el frente para ver si había algún final del túnel. Creo que incluso llegué a tener claustrofobia así que tuve que calmarme y pararme un momento intentando asimilar lo que estaba haciendo y lo que haría después de salir de aquel estrecho túnel.
Seguí adelante lo más rápido que pude, de vez en cuando me raspaba las rodillas, pero eso no me paraba. Sobre todo después de haber sentido el túnel temblar y un sonido parecido a un golpe de rabia.
Seguí y seguí, la verdad, me extrañó que fuese totalmente recto, y no se veía salida puesto que todo estaba muy oscuro.  Me empecé a asustar al ver que no llegaba al final.
De repente sentí que el túnel se movía inclinándose hacia abajo haciéndome perder el equilibrio y cayendo como un tobogán. Lo peor es que iba de boca, así que esperaba no darme de morros contra nada.
Cada vez se inclinaba más y más, hasta hubo un punto en el que pensé que estaba totalmente en vertical, además de pensar que no llegaría a contarlo.
No paraba de ir hacia abajo y me estaba quedando sin respiración.
Cerré los ojos lo más fuerte que pude y esperé a que todo sucediera, cuando, casi sin darme cuenta, hice un giro inesperado que me izo abrir los ojos y ver el final del túnel que se abría delante de mí.  
Pensaba que caería de boca sobre mi esperado suelo, pero no. ¡¡¡Estaba-cayendo-por-un-acantilado!!!
Empecé a dar vueltas en el aire esperando que algo me salvará la vida. Podía ver el fondo, aunque con bastante dificultad por el viento en mis ojos, era un gran lago. No llegaba a ver el otro extremo del lago. Pero estaba a punto de caer en uno de ellos. Y, según había oído hablar, las caídas grandes sobre agua no tenían mucha diferencia con las de tierra, así que...
Intenté disfrutar de la caída, a la vez esperando y siendo optimista en que como mucho me rompería un brazo o algo, pero... no morir.

Todo esto fue interrumpido por el maldito y famoso reloj maléfico, salió de mi bolsillo y voló lejos de mí. No me atrevía a "nadar en el aire" hacia el reloj, puesto que ya estaba en la parte de tierra, y, por lo menos yo pienso que caer en un lago lleno de agua es mucho mejor que caer en tierra pura y dura.
En los comentarios podéis expresar vuestra opinión sobre la novela.

Leed mucho y hasta la próxima parada de

"EL TREN LECTOR"


Javier Mena:
Instagram: jmp_27a
Correo: javimenajunior@gmail.com

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